
La controversia de Munch
De Munch se sabe de su introversión, su provocación, su angustia, su ética de trabajo y su afición al alcohol, una combinación que acabó por enviarlo a una clínica de Copenhage. Se sabe que siguió con el Dr. Jacobson un tratamiento eléctrico (aunque no de choque). Se sabe que debió sentarle bien porque tras ocho meses volvió a Noruega y participó en el concurso para decorar la ampliación de la universidad de Oslo en 1911. Pero de lo que poco se sabe es sobre la controversia que rodeó su elección.

En 1909 Munch regresó a su tierra natal con energías renovadas además de con los bolsillos llenos, pues para entonces ya era un artista reconocido internacionalmente. Su paso por la clínica había hecho que experimentara sentimientos renovados de harmonía y temáticas de composición clásica. Se puso manos a la obra y empezó a realizar bocetos para decorar el salón de actos que la universidad de Oslo iba a inaugurar con ocasión de su centenario. La proposición que hizo al comité encargado de la selección no gustó en un principio, por lo que la elección parecía decantarse por otro artista: Emanuel Vigeland. No obstante, la cosa cambiaría radicalmente poco tiempo después.

Por motivos todavía no esclarecidos, el comité no solo decidió entregar el trabajo a Munch, sino que además decidió esperarlo el tiempo que fuera. La inauguración se produjo el 2 de septiembre de 1911 con cortinas en lugar de frescos. Estos no fueron completados hasta 1916, cuando Munch finalmente acabó de pintar los murales (que en realidad no fueron murales sino lienzos sobre la pared). Su trabajo se inspiró en paisajes locales y adoptó una temática con raíces clásicas, aunque llevada a cabo de una manera moderna con el objetivo de representar la confluencia de elementos opuestos. El sol central y sus reflejos siguen siendo hoy en día uno de los símbolos más reconocibles de este Aula.

Hasta 1990 la entrega de los Premios Nobel se realizó en este salón de actos y desde el bicentenario en 2011 se puede visitar el salón de actos para contemplar la magnífica creación que, como todas las cosas buenas, tardó en ser completada.
Si te gustan las controversias y ya sabes todo sobre la de Valladolid, puedes averiguar más sobre Munch y las suyas en cualquiera de nuestros libros que podrás encontrar en nuestra página web. Asimismo, no te pierdas la exposición Edvard Munch. Arquetipos que el Museo Thyssen le dedica hasta el 17 de enero.

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