
PERFECCIÓN ETERNA
Desde el 18 de diciembre del ya año pasado, en el Museo de Bellas Artes de Budapest (Szépművészeti Múzeum), y hasta el 30 de marzo de este, se puede contemplar una exposición única que reúne los 6 dibujos que contiene la colección propia del museo con los dibujos que realizaron los pupilos aventajados del taller de Rafael. De esta manera, y junto con recientes análisis con infrarrojos de estos dibujos y la Madona Esterházy, se busca descrifrar el método de trabajo del artista y comprender los motivos que le hicieron convertirse en el máximo exponente de la belleza del Alto Renacimiento en tan solo un espacio de 12 años, los que pasó al servicio de los papas de Roma. No por menos, la exposición se ha llamado El triunfo de la perfección.

Óleo sobre lienzo, 220 cm × 136 cm. Pinacoteca Nazionale, Bologna.
Estas obras, algunos de cuyos mejores exponentes se guardan en los Museos Vaticanos, hicieron famoso a Rafael desde el momento en que fueron acabadas. Fama instantánea. El joven que había llegado de Florencia sin hacer mucho ruido y que no hubiera tenido acceso a la oportunidad de trabajar para el patrón de las artes más importante de la época, el papa, de no haber sido por sus buenos contactos con el arquitecto oficial del Vaticano, Donato Bramante, y su amistad con el sobrino del papa y que posteriormente se convirtió en papa él mismo, Giulio de Médicis futuro Clemente VII, consigió lo que nunca nadie antes había logrado, el respeto y la admiración de todo el mundo con una serie de pinturas, las que se encuentran en la Stanza della Segnatura en el Vaticano que tardó tres años en completar, de 1508 a 1511.

Stanza della Segnatura, Palazzi Pontifici, Ciudad del Vaticano.
Su relativa numerosa producción en el corto período de tiempo que estuvo en lo más alto de su fama, se vio completada en múltiples ocasiones gracias a la ayuda de su ejército de estudiantes que casi siempre eran los que llevaban a buen fin las ideas y bocetos del gran maestro o que terminaban todos los proyectos en los que se embarcaba, pero que rara vez podría abarcar. A pesar de esto, las cotas alcanzadas por todas sus obras siguen siendo consideradas hoy en día como auténticos representantes de una forma de concebir el arte que basaba su composición en la belleza y la armonía de formas y distribución de elementos en el cuadro.

Óleo sobre tabla, 318 cm x 229 cm. Museo Nacional del Prado, Madrid.
En estos casi 500 años, nuestra concepción sobre la validez de este arte y la apreciación que le mostramos no ha vairado un ápice. Incluso para los neófitos o no instruidos, la contemplación de estas obras conlleva una admiración instantánea que no necesita de conocimiento particular para ser entendida. Esta belleza que nunca pasará de moda y que nunca dejará de ser el objeto de copias e inspiración para otros es lo más cerca que el ser humano ha estado de alcanzar, en esta carrera que abandonamos a comienzos del siglo XX, la perfección en la representación de la belleza en el arte.
En nuestro volumen sobre Rafael podrás ver todas juntas las obras que le hicieron famoso y descubrir los motivos por los que generación tras generación, todos han visto en Rafael la culminación de la búsqueda de la belleza iniciada durante el Renacimiento.


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